Y, finalmente, parece que se está por ir el 2020. Y la novedad es que por suerte algunos llegamos vivos para verlo. La desgracia es que muchos, y muy cercanos, no lo han logrado. El año ha sido, si se quiere, terrible no solo a nivel personal sino para la humanidad toda, ... ¡vaya novedad!.
Cuando era chico me resuenan las palabras de mi abuela contando, con cierta reticencia, los terribles momentos de la pandemia de 1919, la infame gripe española. Aquella gripe en realidad fue mal llamada "española" como ésta es mal llamada "china". Esa pandemia, curiosamente también creada por un coronavirus como la que nos golpeó en éste año que se va, produjo la friolera de 20 millones de muertos en dos años, antes de desaparecer tan misteriosamente como llegó, algunos conjeturan que porque luego de tantos infectados y muertos se alcanzó finalmente lo que se llama "inmunidad de la manada". Dos de ellos de mi familia, los que hubieran sido mis tios Raul y Rosa, los "bebés" como siempre se los conoció en mi familia pues lo eran al momento de ser alcanzados por la pandemia. Un siglo después, con la medicina moderna, con los métodos modernos de diagnóstico, con drogas maravillosas y con el saber humano capaz de producir no solo una vacuna sino de hacerlo en menos de un año el costo en vidas será posiblemente una fracción del de aquel entonces, pero eso es poco consuelo para quienes partieron por su culpa, o mejor dicho, para quienes quedaron y vieron partir a sus seres queridos. He perdido familia, otros también, es una tragedia. Solo queda levantar la vista y ver porque sendero continuar. Pero, como dijera Friedich Nietzsche "lo que no nos mata nos fortalece". Hemos aprendido, hemos adoptado estrategias de supervivencia, de cuidarnos, de trabajar en forma remota, de interrelacionarnos con cuidado, de ser resilientes en el cuidado de nuestros afectos. Hemos sentido, mas allá de "grietas" tontas, un cierto sentido de comunidad, de entorno, de "no dejaremos a nadie atrás", de "mientras nosotros no caigamos no dejaremos que nadie alrededor nuestro caiga". En alguna forma hemos aprendido a ser mejores, mas solidario, a pesar de la adversidad. Ya no es cuestión de cuidarnos, es cuestión de cuidar al otro también, una dimensión que pocas veces en mi vida he percibido tan claramente. No es general, no es con todo el mundo, es solo con algunos, pero es un comienzo.
Usualmente, y como lo vengo haciendo en mi blog desde hace mas de 20 años (primero en lu7hz y luego aquí como lu7did) solo resta a esta altura celebrar, todo lo relevante para éste blog se ha dicho en el año que se está yendo, y lo que no se pudo se dirá en el próximo.
Pero antes de hacerlo quisiera detenerme a compartir el enorme auxilio que representó para mi en éste año la actividad de radio. Tener en que aplicar el tiempo ocioso (no libre) que de repente todos nos vimos forzados a tener, poder desarrollar proyectos en los que estar ocupado (algunos de ellos documentados en éste blog) para que mi cabeza tuviera herramientas para manejar la enorme ansiedad que implica la incertidumbre, poder participar de actividades que otros tuvieron la gentileza de organizar a modo de distracción para entretenernos mientras esperamos por lo desconocido y, en general, obtener todos los beneficios de un pasatiempo para distraernos no tiene precio, su valor es inconmensurable; el coronavirus tenía lo suyo, pero la ansiedad y angustia que generó también. Espero que algunas contribuciones hechas hayan ayudado a otros, pero ciertamente quiero agradecer las que hicieron otros y ciertamente me ayudaron.
Finalmente, y ahora si, levantemos las copas y pensemos mucho en nuestros planes futuros mientras lo hacemos, junto a nuestros afectos. No sabemos si tendremos futuro, pero si lo hay... ¡que no nos encuentre sin planes!
¡HNY 2021 DR OM 73 ES DX ES 88 TU BK!
¡Μολὼν λαβέ 2021!
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